20111124

noviembre II

no quiero dormir, estuve teniendo pensamientos anormales
-me río, mucho-
es ilógico, demencial, irrisorio, pensar que estuve teniendo pensamientos anormales.
La chocolatada de leche de vaca no me hace bien,
el fernet sinsano si, los pibes con edad avanzada no
las risas lagrimosas a la madrugada si,
las flores secas en el florero de mi habitación?
no lo sé
la mugre en la que vivimos?
lo sé pero me acompaña
la oscuridad de nuestros besos empapados?
nadie lo sabe ni lo sabrá
tantas preguntas, me aterrorizan
o mejor, me recuerdan a la mas naturalmente hecha pregunta de hoy
¿leíste el gato negro de edgar poe?
pero seguro que ella no sabía -pero si- que detrás de mis palabras
había, atormentábame, me exitaba, la imagen que flotaba en el aire
la de aquellos gatos negros que cruzamos constantemente
que nos cruzan, frente a las piés
bendiciéndonos todo
el camino, o la armonía
que van de la mano, como nosotras
sólo que nosotras no tenemos manos, no las necesitábamos, nos dijeron.
así como uno de los gatos negros que solemos ver en la entrada del parque
que le falta un ojo,
ése. se volverá en nuestra contra cuando seamos viejas y ebrias? como le pasó a edgar

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